La elaboración de los presupuestos o de los honorarios es esencial para lograr un estudio de interiorismo estable. Pues una mala oferta sin darnos cuenta nos puede sumir en una espiral de estrés, malos clientes y precios por los suelos. Te cuento 3 errores que comentemos al hacer el presupuesto.
El tema de los presupuestos, de las ofertas de que nos las acepten nuestros clientes es siempre el tema principal. Ya sea en mis sesiones de tutoría, las sesiones de consultoría de los que preferís trabajar de manera individual. Es un tema muy recurrente, con este blog quiero compartir algunos errores muy comunes. Y también cómo evitarlos para que puedas tener una oferta perfecta donde mostrar a tus clientes que servicios ofreces.
Tener un buen presupuesto bien pensado y realista es el punto de arranque para controlar tus resultados. Saber qué acciones tienes que hacer, poder analizarlas posteriormente y planificar cuales quieres que sean tu objetivos (y empezar a tomar acciones para lograrlos).
Pero cometemos muchas veces errores que pueden hacer que los clientes nos vayan diciendo un NO detrás de otro. Y así es difícil que podamos cumplir nuestros objetivos.
Error 1. Demasiado diseño
Somos creativos, interioristas, ¿Cómo no vamos a tener un presupuesto con mucho “diseñito” que transmita nuestra imagen de marca? Y eso está muy bien, mis presupuestos, tienen una parte de diseño y de creatividad que va con mi imagen y con lo que quiero transmitir. Este es el primer error que comentemos al hacer el presupuesto.
El problema es cuando nos centramos solo en la creatividad. Pensamos en las imágenes, en el concepto del proyecto (que te recuerdo, aun no nos han aprobado. Hacemos un presupuesto centrándonos en las soluciones específicas que se nos han ocurrido (porque para que negarlo, en el momento que nos llama un cliente, nuestra cabecita se pone a funcionar y a maquinar ideas). Y aquí, es para mí, es donde está el primer error. Le damos soluciones gratis al cliente, con imágenes, e incluso en la mayoría de los casos una planta con una propuesta de distribución inicial.
Y encima ponemos el precio en pequeño, al final de todo para que no «moleste». Como si nos diera vergüenza decir lo que cobramos, como si no valoráramos nuestro trabajo.
El precio además lo integramos en el diseño, por lo que el cerebro de nuestros clientes no lo asocia a un “presupuesto real” sino a una parte más de la presentación.
Por eso es importante que cada concepto tenga su sitio adecuado y su representación acorde.
El diseño está bien, pero recuerda, que el precio no se pierda entre tanta creatividad.
Error 2. Lista de la compra
Cuando nos ponemos a decirle todo lo que le vamos a entregar, nos entra el pánico escénico porque pensamos que somos muy caros e intentamos justificarlos con un listado de planos, de detalles, secciones, de moodboard, de renders, etc… Para hacerle ver al cliente cuanto vamos a trabajar en su proyecto.
Pero al cliente le da un poco igual si tardamos 3 noches, 3 días o 2 semanas. Él quiere que le solucionemos el problema.
Y aunque suene triste, le da igual si haces planos de fontanería o de saneamiento o solo necesitas hacerlos de electricidad, por regla general no los entienden.
No enumeres todas las cosas que le vas a entregar sin explicar para que le van a servir, porque la mayoría de veces no saben lo que son. Si no lo entienden, ¿Cómo te lo van a comprar?
Somos creativos, interioristas, ¿Cómo no vamos a tener un presupuesto con mucho “diseñito” que transmita nuestra imagen de marca? Y eso está muy bien, mis presupuestos, tienen una parte de diseño y de creatividad que va con mi imagen y con lo que quiero transmitir. Otro error muy común que comentemos al hacer el presupuesto.
Error 3. I.V.A.
Sobre el tema del IVA es una decisión estratégica tuya a nivel de CEO, esa y la de qué precio poner.
Un pequeño inciso: Una vez has calculado el precio que vas a poner, imagínate 1000 €, ¿Eres de los que pones 995, 999, 997? ¿O te da igual y pones 1000 €?
Si quieres saber como poner precios, mira esto
Pero volvamos a lo del IVA
Si trabajas con empresa, autónomo o persona que se pueda desgravar el IVA, ni lo dudes, preséntale el precio sin IVA más la coletilla de Se aplicará el % de IVA vigente.
La decisión estratégica de lo que te hablaba es si te dedicas exclusivamente al particular.
Al particular le da igual el IVA, no va a hacer nada con él.
Piénsalo, pero yo en mi caso, doy en el presupuesto con el IVA incluido, vamos, la cantidad por la que me va a tener que hacer la transferencia.
Y te cuento el porqué de mi decisión:
Para empezar, al cliente le dices 1000 €, y él aunque vea lo del IVA, se queda con esa cifra en la cabeza. Y normalmente no le digo 1000 €, sino que son cifras mayores, por lo que el IVA no son 210€, sino que normalmente empiezan a ser 630 € de IVA, que ya son cifras más importantes.
No quiero que el clientes desconfié o se sienta estafado, porque le dije un precio y luego vine con la letra pequeña.
Aunque este todo perfectamente explicado desde el principio, y el haya leído en diagonal, si, no es mi culpa realmente, pero prefiero dárselo todo muy mascado y sin sorpresa (Es parte de mi filosofía y de mi imagen y mis valores de marca como estudio, que también aplico con mis servicios en la mentoría)
Y también lo hago por otro motivo
Porque además al contrario que para el empresario, que no lo percibe como gasto, el particular sí.
Él no ve 1210 €, sino que le cobro 1000 € y los otros 210 € son para el estado, y son impuestos, y a él ya le quitan mucho de su nómina cada mes, que si patatín, patatán.
Es un melón que no quiero abrir ni me interesa en absoluto hacerlo. Así que me quito de líos y le digo 1210 € en el presupuesto inicial.
Por supuesto, luego en la factura, si, BI + 21% IVA igual a los 1210 €, pero el ya allí, solo suele ver la cifra de la transferencia, que como es la misma que la del presupuesto, le cuadra, y no le sienta tan mal.
Postdata
Si estás leyendo esto es porque parece que hay algo en tu estudio que no te está funcionando.
Si quieres que te ayude a definir tus objetivos, revisar tus servicios, crear un proceso para trabajar con tu cliente, me siento capaz de hacerlo, llevo 20 años lidiando con estos temas a diario. Puedo ayudarte a dirigir un estudio de interiorismo rentable en modo CEO (pero de verdad)
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